
Me impresionó la forma de recalcar de México que es anfitrión de una Copa del Mundo; no tanto por el hecho de la organización, sino por el grito de ‘pu…’ al portero rival, toda vez que éste efectúa su despeje. Sólo en México se enfatiza de esa manera al contrario como lo que en realidad es, el visitante, y hacerlo sentir incómodo, sin importar que entienda o no el idioma, la edad que tenga o de qué país proceda. No hay clemencia para el visitante ya sea en partido local o internacional, aunque en este último se haga más eco por ser mayoría en los inmuebles. En cuanto a la cancha, hay que seguir de cerca al nuevo Giovani (Casillas) y a Carlos Fierro.
Contraste
Llama la atención el contraste entre la selección mayor y la Sub 22 de nuestro país en sus respectivas competiciones. Mientras en la primera se demuestra una potencia futbolística que hace tiempo no veíamos en el representativo azteca, en la segunda no sabe uno ni cómo agarrarse, pues los dirigidos por el ‘Flaco’ Tena han estado para llorar, y con todas las de la ley se han ganado la etiqueta de ser el ‘flan’ del máximo certamen del continente. Hubiera sido mejor enviar a la Sub 22 a Estados Unidos y la Mayor a Argentina, y otro gallo nos cantara. Las bajas de Édgar Pacheco, Fernando Navarro y de ‘El Cubo’ Torres podría ser aún más contraproducente para los de Tena. El Tri sub 22 comparte espacio en el Grupo C con Uruguay, Chile y Perú; en el peor de los casos México quedaría eliminado del certamen; medianamente la selección azteca pasaría (aunque por combinación de resultados) a los cuartos de final, pero el único y gran problema es que si en esta fase eliminatoria nos tocase una potencia como Brasil, Argentina o Paraguay, entonces el sueño se acabaría sin ton ni son. Es una pesada carga para esos chavos que apenas se han consagrado en Primera División. Por lo menos ya se quitaron un enorme peso de encima: ya no ser considerados como favoritos para ganar el torneo.
¿Por qué cada dos años?
El nivel de la Copa Oro es tan lamentable que éste debería de organizarse ya cada cuatro años y no cada dos como ha venido siendo (si no es que ya erradicarlo definitivamente). Pero el seleccionado azteca ha jugado como si se tratara de una verdadera Copa Mundial, arrollando literalmente a selecciones humildes, incluso el representativo de Estados Unidos ya no debería causar el miedo que causaba años antes. El Tri tiene todo para emular lo de la última edición de este torneo tan chafa en aquel 2009. Aún así insisto en que el Tri tiene mucho equipo para tan poca competición. Los cinco sustitutos que entrarán al quite por los dopados están de sobra. El plantel verde, aunque le quitaran 15 jugadores, estaría completo, dado el pobre nivel que muestran sus similares. Por otra parte, me llama la atención lo bien que han respondido jugadores como Aldo de Nigris para definir en el momento justo y Pablo Barrera, cuyos desbordes han sido claves para las agresiones mexicanas en este certamen llanero. Por el contrario, Giovani Dos Santos pasa de un crack internacional a una pifia de un día para otro; Carlos Salcido sigue intentando sus disparos de larga distancia, pero nomás no puede clavar una. A Ángel Reyna le queda grande la batalla que se pelea en Estados Unidos.
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