Estimado lector, le agradezco su tiempo para encontrarnos en este espacio de opinión. Este lunes, en el que miles de niños regresan a clases, el caos vehicular cotidiano se incrementará, así que tenga paciencia. En esta ocasión es inevitable hablar de la inseguridad que priva en la región de la Comarca Lagunera. Apenas el sábado pasado mientras miraba un partido de futbol por televisión, fui espectador del juego más peligroso, aquel que se vivió en medio de una confusa balacera, tras la que, jugadores y público vivieron un episodio de terror. Aficionados refugiándose en las gradas del Estadio Territorio Santos Modelo, jugadores buscando un lugar seguro al cual correr y cronistas en transmisión nacional, intentando dar explicación a lo sucedido, siguieron a una nueva expresión de la tan intensificada ola de violencia.
En el hecho no hubo víctimas mortales, las versiones (que aun son varias), señalan que un policía municipal resultó herido en una mano, no obstante, la credibilidad de estos “rumores” es poca. Eso sí, la única certeza al día de hoy es que las acciones del crimen organizado se han incrementado desenfrenadamente en la geografía de la Comarca Lagunera, donde las historias de asaltos, secuestros, robo a mano armada, balaceras en distintos puntos de la región, cabezas y cuerpos colgantes de puentes peatonales con una bestial saña, tristemente cada día se apegan más a la cotidianeidad de sus habitantes. Esta desenfrenada expresión de la violencia que nos abate es motivo por el cual las fuerzas armadas han tomado las calles a través de un “espectáculo mediático” e ingrediente imprescindible para generar pánico, más que seguridad.
Uno de los males de la guerra es la psicosis colectiva que ataca a las partes en conflicto. Según los libros de psicología, la psicosis colectiva es un fenómeno social que se da en todos los confines de la Tierra. Así, hemos sabido del temor vivido por los estadounidenses, que ven como muy probable ser atacados con armas bacteriológicas, donde basta recordar la crisis del ántrax desatada después del emblemático 11 de septiembre, día en que dos aviones derribaron las torres gemelas. En la medida en que va creciendo el rumor los individuos toman decisiones descabelladas.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó que abrió un expediente de atención victimológica de oficio por los hechos ocurridos en el estadio Territorio Santos, en Torreón, pero en el país, como todo se politiza y todo es coyuntura, los diputados y senadores han comenzado con sus brillantes declaraciones, prometiendo (que ahora sí) habrá Ley de Seguridad Nacional, siempre en el tono como si nos hicieran un favor.
Mientras que la población en estado de orfandad poco a poco se suma a la cultura de terror, esta misma semana Gran Bretaña ha lanzado Wuna alerta, para que sus compatriotas tomen las medidas necesarias si visitan México, inclusive calificaron que el 50% del territorio nacional es inseguro, contrario a lo dicho por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien asegura el 2011 es el año del turismo, muy a pesar de la crisis que enfrentan destinos turísticos como Guerrero, Durango, Coahuila, al borde de la quiebra. ¡Ah!, pero como bien dice el señor Presidente, tanto en Torreón como en el resto del país, “todo está bajo control”. Con todo esto ¿puede calificar de daño colateral?
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