martes, 23 de agosto de 2011

Déficit de atención condena a una vida limitada

Déficit de atención condena a una vida limitada:


El déficit de atención no es sólo un “mal de niños”, como le llaman algunos, es una alteración neuronal que puede derivar en problemas de frustración e incluso llegar a la depresión, pues ante la imposibilidad de alcanzar un alto rendimiento escolar los jóvenes tienden a abandonar los estudios, antes de pasar a la primaria; en la etapa adulta la autoestima puede desplomarse debido a su baja productividad y, por ende, la imposibilidad de tener un empleo con mayor salarial.
Al respecto, Jacqueline Yglesias Sánchez, especialista en neuropsicología del Departamento de Clínicas de Medicina de la Escuela Superior de Medicina (ESM), del IPN, explicó que las causas del déficit de atención están relacionadas con alteraciones neuronales y herencia genética, al ser un trastorno del sistema nervioso central. “La incidencia de déficit de atención es mayor en el sexo masculino que en el femenino, pues por cada cuatro niños una niña la padece”, agregó.
Explicó que existen dos tipos de déficit de atención: el simple, que se manifiesta como una distracción de los niños cuando realizan alguna actividad, es decir, no logran concentrar su atención más de 10 o 15 minutos, ni atiende instrucciones largas. En tanto, el déficit de atención con hiperactividad se manifiesta con falta de atención más movimientos constantes de manos y pies, brincos, saltos e impulsividad, que se pueden confundir con problemas conductuales.
Ambos tipos de patologías dan origen a problemas en la adquisición de los procesos de lectura y escritura, dislexia, disgrafia y problemas en el cálculo defectuosos. “Los niños aprenden el proceso de codificación de letras o grafías, pero invierten letras o números, escriben las palabras incompletas y, al momento de leer, es común la omisión de letras o palabras, pronuncian un vocablo por otro y no leen renglones completos. Además, por la falta de concentración, se les dificulta realizar ejercicios de cálculo mental”, precisó.
La especialista politécnica indicó que el diagnóstico de un niño con déficit de atención puede realizarse alrededor de los seis a siete años, que es la edad en que normalmente comienza el proceso de lecto-escritura, a fin de brindarle tratamiento oportunamente y rehabilitarlo con mayor facilidad.
Dijo que las causas de este trastorno se deben a problemas fisiológicos relacionados con cambios neuroquímicos o eléctricos en el cerebro. “Anteriormente se creía que el déficit de atención podría deberse también a problemas familiares, pero el avance de la tecnología ahora permite hacer diagnósticos más finos y podemos detectarlo mediante un examen neurológico que registra la actividad eléctrica cerebral”.
Yglesias Sánchez también comentó que una evaluación pedagógica para conocer el nivel de desarrollo de la atención debe incluir una valoración completa del desarrollo de los procesos psicológicos: atención, memoria, praxias (habilidades motoras), lectura, escritura y cálculo mental, de la calidad de la lectura y escritura, cálculo mental y expresión verbal sin prisas, atropellamientos o repetición de palabras.
La catedrática enfatizó que el déficit de atención requiere del diagnóstico de especialistas, aunque los maestros pueden contribuir a la detección de los niños que presentan este trastorno. Asimismo, consideró la necesidad de que las escuelas primarias, a través de las instancias correspondientes, establezcan vínculos con hospitales del sector salud, con el objetivo de detectar el problema oportunamente para asegurar un mejor desarrollo escolar.
Apuntó que cuando se ha establecido el diagnóstico de esta alteración, además del tratamiento farmacológico, es recomendable la atención psicopedagógica, neuropsicológica y, haciendo uso del desarrollo de la tecnología, es ideal la retroalimentación biológica, que consiste en guiar al niño a través de su respiración a controlar su temperatura y tensión muscular. Todo ello lo llevará a armonizar y modular la actividad eléctrica cerebral, lo que se refleja en la mejoría de tiempos de atención, los cuales son cada vez más largos.
Para mejorar el aprendizaje, la especialista de la ESM recomendó la realización de tareas escolares en un lugar limpio, bien iluminado y sin presencia de distractores como el televisor, radio y computadora.
“La persona que apoye al niño en la elaboración de sus tareas debe supervisar que no haya distractores que vayan en detrimento de su aprendizaje, pues es común que a nivel primaria tengan que realizar trabajos utilizando Internet, el cual, al igual que el messenger y las redes sociales, puede generar amplia dispersión, porque los niños con este problema no pueden inhibir estímulos externos”, afirmó.
Destacó que tanto para el proceso de rehabilitación de niños con este problema, como para quienes no lo presentan, la realización de lecturas interesantes en voz alta permite centrar la atención, y de esta forma mejorar la adquisición de conocimientos.

Yamel Viloria Tavera

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