El servicio de transporte público concesionado en el DF, combis, microbuses, habilitados, taxis, taxis piratas, autobuses y sus similares que ingresan del Estado de México son un cáncer para la Ciudad y un peligro latente para usuarios y transeúntes, mientras las autoridades de la Setravi y del Instituto de Verificación Administrativa desatienden la problemática.
Al subir un Punto de Acuerdo al Pleno de la Diputación Permanente, Rocío Barrera Badillo, integrante de la Comisión de Transportes y Vialidad de la ALDF hizo un llamado de alerta para meter en cintura y corregir las deficiencias del servicio o cancelar las concesiones a los prestadores del servicio.
Acusó que irresponsabilidades como conducir a exceso de velocidad, hacer doble y triple fila, subir y bajar pasaje en donde sea, operar unidades viejas, destartaladas y son licencia de los chóferes, son las infracciones más comunes, sin dejar de lado el estado interior de los vehículos como mal olor, música en altos decibeles, carencia de uniformes, que ponen en riesgo la vida de los usuarios ante la complacencia o desinterés de las autoridades.
Reconoció que la inserción de nuevas rutas de RTP, el Metrobús, la apertura de derroteros con trolebuses de nueva generación, han sido respuestas positivas, pero insuficientes, pues lo que más priva en los Centros de Transferencia Multimodal son vehículos chatarra sin supervisión de la autoridad.
La Ciudad de México, insistió Barrera Badillo, que ha logrado modernizarse e integrar la tecnología a su vida cotidiana, padece este detestable servicio concesionado de transporte que limita el despegue definitivo del DF.
Por eso Armando Quintero, Secretario del Transporte y Meyer Klip titular del Instituto de Verificación Administrativa, tienen la responsabilidad de reordenar este sector, de lo contrario serán omisos en sus funciones.
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