lunes, 22 de agosto de 2011

Revolución microscópica. Nano tecnología

Revolución microscópica. Nano tecnología:


A bordo del submarino Proteus, un equipo médico-militar se dispone a viajar a través del torrente sanguíneo del científico Jan Benes —quien permanece en estado de coma tras sufrir un atentado mortal— para destruir un coágulo alojado en su cerebro.
Es imposible miniaturizar seres humanos sin afectar las propiedades de sus cuerpos. En cambio, el diseño y manipulación de robots, dispositivos, estructuras y sistemas a escalas microscópicas, al nivel molecular e incluso atómico, poco a poco deja de ser ficción gracias al desarrollo de las nanociencias y sus aplicaciones.
El submarino y sus tripulantes necesitan reducir su tamaño al de una célula para desplazarse por las arterias del sabio agonizante, depositario de un gran secreto. ¿Demasiado futurista? ¿Más ficción que ciencia? Tal vez esto encierre el clásico filme Viaje fantástico, estelarizado en 1966 por Stephen Boyd y Rachel Welch.
“Algunas nanoestructuras podrían ser hasta un millón de veces más resistentes que el diamante, pero huecas y con el mismo peso que el aire. Esto sin duda es una revolución, tan importante como la introducción de la piedra o los metales”, dice Víctor Manuel Castaño, del Centro de Física Avanzada y Tecnología Aplicada de la UNAM.
El campo de la medicina también se beneficiará ampliamente con el ensamblaje de minúsculas cápsulas o nanorrobots que, como en Viaje fantástico, se internen en el sistema circulatorio humano para detectar enfermedades, reparar glóbulos rojos dañados, destruir virus o células enfermas o administrar fármacos a las dosis exactas requeridas.

Jose Luis Vazquez

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