
Con una serie de eventos de conmemoración y numerosas citas culturales, la ciudad de Berlín recordará entre el jueves y el sábado próximos el aniversario de los cincuenta años de construcción del Muro.
No será un aniversario festivo tal y como lo fue en 2009 el de los 20 años de la caída del muro, celebrado con un espectáculo que involucró a toda la ciudad y mantuvo a todo el mundo frente a las pantallas.
Se tratará más bien de un momento de reflexión que dará inicio el próximo jueves por la noche, con una larga velada, en la Iglesia de la Reconciliación en Mitte, donde se leerán las biografías de las personas que perdieron la vida en el intento de cruzar la barrera entre este y oeste.
Mitte, que quiere decir en el centro, en medio, es el barrio del centro de Berlin, donde se encuentra la Puerta de Brandenburgo y por donde transcurría el Muro. Ahora, esas partes de Berlín Occidental y Oriental se han unido urbanísticamente y la zona constituye el corazón de la capital alemana.
Las celebraciones tendrán su momento central el sábado 13 de agosto con una ceremonia de conmemoración en la calle Bernauer, en la que participarán la canciller federal, Angela Merkel, y el presidente, Christian Wulff.
En esta ocasión se estrenarán también nuevas secciones del Monumento de la Memoria del Muro, que ha sido realizado por el gobierno local a lo largo de la que se conoce como la Todesstreife, es decir la línea de la muerte.
Fue en este punto de la calle Bernauer donde murió el mayor número de víctimas, alemanes orientales que trataron de huir a Berlín Occidental cruzando esa barrera fronteriza.
Durante todo el día en diversos puntos de la ciudad habrá cine al aire libre, lecturas de las biografías de las víctimas del Muro y visitas guiadas para adultos y para niños.
En junio pasado durante los preparativos del aniversario se descubrieron 24 grandes paneles con fotos en blanco y negro que siguen distribuidos en 11 sitios del trazado original del Muro.
Además, algunas partes del Muro, de las pocas que fueron dejadas en la ciudad, fueron restauradas para permanecer como prueba y conservar la memoria histórica.
El alcalde socialdemócrata, Klaus Wowereit, de 58 años, explicó en una entrevista con la Asociación de la Prensa Extranjera en vísperas del aniversario, que 'lo que queremos hacer hoy con las partes restantes del muro es un trabajo activo para la memoria'.
El alcalde rechazó las criticas de que el Muro haya sido valorizado en los últimos años como atracción turística: 'es obviamente un tema que interesa a muchas personas que visitan la ciudad. Pero no es para los turistas: con los monumentos queremos dejar una advertencia a las generaciones futuras'.
En la noche del 13 de agosto 1961 el gobierno de la República Democrática de Alemania (Alemania oriental), bajo presión de la Ex Unión Soviética, erigió la famosa pared de 3.6 metros de altura protegida por 300 torres de vigilancia. La barrera existió durante 28 años, y nunca dejó de reforzarse.
En el intento de cruzarla, por lo menos 136 personas fueron asesinadas a tiros, según el Centro de Investigación Histórica de Potsdam, aunque hay historiadores que dicen que fueron más.
Wowereit, quien creció en la parte oeste de la ciudad, y tenía ocho años aquel 13 de agosto, recordó cómo 'incluso los niños iban descubriendo' paulatinamente que la ciudad había sido dividida porque 'uno chocaba literalmente con esa pared'.
La vida en la parte oeste de la ciudad, según el alcalde, 'era como vivir en una isla', y sin embargo percibir, 'que todo alrededor había una amenaza, porque ahí no había un estado de derecho'.
Según un sondeo publicado la semana pasada por el diario 'Berliner Zeitung', el 10 por ciento de los Berlineses considera que la construcción del Muro fue 'justa'.
'Es deplorable', según el alcalde de la ciudad, 'que haya todavía gente que no entiende que el Muro fue una vergüenza ya que dividió familias y causó víctimas que perdieron la vida por querer alcanzar su libertad.
Berlín
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