
El sábado se jugó el partido que, para muchos, era el más atractivo de la jornada cuatro. Los Pumas, superlíderes e invictos, visitaron a las Chivas, que venían crecidas por su triunfo sobre Barcelona. El partido fue soso, aburrido y dejó mucho que desear para la mayoría de los aficionados. Se esperaba un partido abierto, dinámico, por la juventud de ambos planteles, y con dos equipos dando todo por ganar el encuentro.
Lo que me parece increíble es que los supuestos analistas de la televisión digan que fue un partido que decepcionó y no cumplió con las expectativas si ellos mejor que nadie deberían saber que en los últimos 12 enfrentamientos entre estos dos equipos, en 10 ocasiones han terminado empatados y sólo dos veces se han dado triunfos, uno para cada equipo. Además Televisa comete la irresponsabilidad y aberración de llamar a este partido una “Guerra de Canteras”, siendo absurdo que denominen a un simple partido de futbol una “guerra”. Después se quejan de que exista violencia; cómo no haberla si los aficionados consumen esa guerra que les venden y lo toman como tal. Insensatos e irresponsables los conductores de Televisa.
Pero hablando del partido, me parece que ni los analistas se han dado cuenta del espectáculo táctico que se vivió en éste. Es cierto que esto no vende de la misma manera al público que encanta de ver goles, atajadas y demás espectáculo, pero es importante analizar de forma táctica el duelo para entender un poco más el porqué del resultado.
Chivas empezó muy bien, entendió que para hacerle daño a Pumas hay que jugar con dos extremos abiertos (Medina y Sánchez) y poner un jugador como falso delantero para que juegue en medio de los centrales y los contenciones (Fabián). Cuando Vázquez se da cuenta de que Pumas estaba empezando a entrar en predicamentos, decide recorrer a Espinosa de contención a lateral por derecha, abriendo a Fuentes como lateral y recorriendo a Palencia como escudo al lado de David Cabrera. Esto frenó al Guadalajara y sus intentos de desborde, sin embargo, el movimiento de Palencia hizo que Pumas perdiera empuje hacia el frente ya que el joven Herrera no logró hacerse de los balones que le tiraban por alto y no retuvo el esférico en ningún momento. Además, a Pumas se le nota que le cuesta mucho trabajo jugar en el césped sintético del estadio de las Chivas, no sólo se vio en este partido sino en las semifinales del torneo anterior y en el partido de liga del Apertura 2010.
Es cierto, no fue un partido espectacular, pero no lo fue porque ambos equipos se nulificaron entre sí. La realidad es que estos equipos tienen mucho que dar, pero cuando se enfrentan terminan por ser tan similares que no encuentran la forma de hacer una diferencia. Así entonces.
Críticas y sombrerazos: chrystogaleana@yahoo.com.mx
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