Comenzamos la última semana del tercer mes del año, y la efervescencia política por las elecciones en el Estado de México va en aumento. Las sorpresas se van dando, una a una. La más grande es la designación del ahora ex alcalde de Ecatepec, Eruviel Avila Villegas, como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), calificado como el hombre que dará unidad al tricolor. Las declinaciones de sus contrincantes políticos nos remonta a la época dorada del dedazo presidencial, donde el empoderado designaba vía unilateral al sucesor, con la búsqueda de conservar posiciones, poder y, sobre todo, tapar a toda costa las manchas que se puedan dejar durante el andar administrativo.
No es sencillo sacarse la rifa del tigre, cosa que le ha sucedido a Avila Villegas.
Por su parte, los declinantes salieron ante los medios de comunicación a emitir diferentes mensajes (aunque sus caras decían otra cosa) como los de Azucena Olivares, presidenta municipal de Naucalpan y Alfredo del Mazo Maza, de Huixquilucan, los cuales se sumaron al diputado local Ernesto Némer, cercano a Peña Nieto; quienes reconocieron las capacidades de Eruviel Avila como prácticamente un estadista. La pregunta que se hacen los priístas es: ¿por qué Enrique Peña Nieto se decidió por el más endeble de sus caballos?
Las dos administraciones que ha encabezado este personaje han estado bajo sospecha, no han pasado la aprobación ciudadana y la sombra de la corrupción lo ha acompañado; inclusive, trabajadores del municipio han denunciado que convirtió la administración pública en un coto de poder familiar, ocupando mandos medios y jefaturas por familiares en línea directa, además de vender cargos hasta por 30 mil pesos. Otro caso es el organismo público descentralizado de los Servicios de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento, los cuales piden cuotas por este servicio que de manera gratuita debe otorgar el ayuntamiento.
Lo verdaderamente trascendente de esta designación del gobernador Peña Nieto es que los priístas son un derroche de confianza rumbo a los comicios del 3 de julio del presente año, donde medirán fuerzas con un candidato hasta ahora incierto, con una alianza que nace como un engendro político sin más objetivo que sacar al PRI del Estado de México. Con esto se abre un resquicio en las posibilidades para buscar una figura que le haga frente a Eruviel Avila, quien podría ser un priísta inconforme por la decisión del “engelado” gobernador, fórmula que les dio triunfos en otras entidades del país. Si Andrés Manuel López Obrador pidió al ahora abanderado del PRI que fuera su candidato, la posibilidad se presenta para otros actores. Lo único cierto es que este circo apenas comienza.
Palabras menos
Mientras tanto, en el Distrito Federal (“Marcelandia”), todo el fin de semana se presentaron condiciones desfavorables para la dispersión de los contaminantes, mientras se presentaron los proyectos de construcción de las líneas 3 y 4 del Metrobús, las cuales deben sumarse a las que ya están en marcha. Estas obras seguramente ocasionarán un caos vehicular que se traduce en toneladas de emisiones contaminantes lanzadas a la atmósfera: “Don Marcelo” ¿no que somos una ciudad de primer mundo? Las obras se entregarán a principios del 2012; caso curioso, unos meses antes de postularse.
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