Estimado lector, gracias por dedicar unos minutos a la lectura de este espacio de opinión y reflexión, así mismo agradezco sus correos y comentarios que me hacen llegar tanto al correo electrónico, como en la página de este prestigiado medio. Llega a su fin el primer semestre del año con la semana 26, el tiempo da la impresión de irse como agua entre los dedos y si no pregunte a los candidatos por el Estado de México y su agobiante campaña.
Para la campaña por el gobierno del Estado de México sólo le quedan un par de días, afortunadamente, y es que la ciudadanía mexiquense se encuentra harta, cansada y fastidiada por el bombardeo implacable de spots de radio y televisión, volantitos, globos y papelitos, propaganda que irremediablemente se transforma en basura electoral, eso sí, con su respectivo cargo al bolsillo ciudadano de los oriundos de la región. ¿Quién recogerá las toneladas de basura del “Santa Claus”, “El Chapitas” y “El Padrecito”?
Si bien las encuestas sólo dan una idea del comportamiento del electorado, la realidad para Luis Felipe Bravo Mena es contundente, no fue un contrincante serio para ninguno de los otros dos contendientes, abandonado por la dirigencia nacional del PAN, muy a pesar del discurso digno de cualquier libro de autoayuda del burdo Miguel Ángel Cornejo y su optimismo ramplón, que generaba ternura por hablar al viento, pero nulo convencimiento, si estas elecciones son el gran laboratorio rumbo a la presidencial del próximo año, los blanquiazules deben estar realmente preocupados.
El reflejo del espejo seguramente no le gusta al ex presidente del PAN, menos cuando él llegó y sacó al PRI de Los Pinos con Vicente Fox, pues Bravo Mena representa el fracaso del manejo de partido por dedazo desde la residencia oficial, muy a pesar del relanzamiento en varias ocasiones de su campaña y la visita de los presidenciables, quienes acudieron a regañadientes, no logró cuajar en nada.
Sin embargo la debacle del panismo no es nueva, ésta se inició dirigencias atrás, por ejemplo con la de “el niño pendenciero” Germán Martínez Casares (así lo nombró Beatriz Paredes en una de sus peleas) quien no ganó absolutamente nada en los estados, por el contrario. Luego la continuidad de la torpeza la siguió César Nava, quien aparecía más en revistas del corazón que las ideas que lanzaba, lo más relevante era la entrega del anillo de compromiso a desconocida cantante Paty Sirvent en Nueva York, mientras el partido estaba a la deriva.
El turno llegó para el ex senador Gustavo Madero, quien representa el ala ortodoxa del panismo quien continuará con la línea perdedora, pues todo indica, según las encuestas, que en las tres elecciones que se darán el siguiente fin de semana no ganará ninguna. Se escuchan las voces de algunos militantes quienes preferirían la declinación de Bravo Mena a favor de Alejando Encinas y mellar un poco la aplastante ventaja de Eruviel, con el fin de recuperar algo de lo perdido o simplemente que el ridículo sea menor.
Escríbeme a suartu@gmail.com o en Twitter @arturosuarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario