
Latinoamérica debe plantearse una relación estratégica y de mejor calidad con China, un país que en 2016 será la primera economía del mundo, dijeron académicos, diplomáticos y funcionarios internacionales consultados por Notimex.
Los expertos coincidieron en señalar que la creciente relación económica y comercial con la potencia asiática ha sido benéfica para la región, pero debe transitar hacia un 'salto de calidad' que implica diversificar las exportaciones a ese mercado.
'China es la potencia del presente y del futuro por sus altas tasas de crecimiento y desarrollo. Por eso Latinoamérica debe priorizar su relación con esa nación asiática en su estrategia de asociación con otras regiones', dijo a Notimex el diplomático Fernando Reyes Matta.
El ex embajador chileno en China y actual consultor en asuntos asiáticos señaló que esa nación y la región Asia-Pacífico en general pasaron a ser actores de enorme peso en el nuevo orden global.
'Lo fundamental es que en el Siglo XXI el proyecto de desarrollo histórico se trasladó desde la cuenca del Atlántico Norte (Estados Unidos y Europa) a la cuenca del Pacífico, con China en el centro de este proceso. Es algo que Latinoamérica debe asumir', aseveró.
Para Reyes Matta, el ascenso chino plantea una serie de oportunidades y desafíos a Latinoamérica ya que 'nos falta un proyecto para acceder a esa potencia y no estamos aprovechando a cabalidad las potencialidades que nos abre esa asociación'.
Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), China será la primera economía del mundo en 2016, cuando desplazará a Estados Unidos, lo que constituirá 'un punto de quiebre sustantivo en el debate internacional sobre las tendencias de la globalización'.
Latinoamérica, y en particular América del Sur, ha aprovechado la vigorosa expansión de China al transformar a ese país en socio comercial clave, al que destinan un ocho por ciento de sus exportaciones y es proveedor del 13 por ciento de sus importaciones.
Hoy en día China, por sí sólo, es el principal socio comercial de Chile y Brasil y el segundo de Perú y Venezuela, aunque más del 60 por ciento de las exportaciones de estos países a la nación asiática son materias primas como cobre, petróleo, acero y soya.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, consideró que 'ya es hora de dar un salto de calidad' en la relación con el gigante asiático y salir de la relación inter industrial materias primas-manufacturas.
'Debemos diversificar las exportaciones, incorporarles más valor y conocimiento, crear alianzas comerciales, elevar los montos de las inversiones entre ambas partes e incrementar sustantivamente la cooperación en innovación, educación y tecnología', sostuvo.
Bárcena expresó que las condiciones económicas y comerciales de la región son altamente favorables para avanzar hacia una nueva etapa en las relaciones comerciales y de inversión con China, que el año pasado fue el segundo inversionista en Latinoamérica.
'Es preciso fomentar una aproximación estratégica de la región hacia China que supere las limitaciones propias de los esfuerzos nacionales que han prevalecido hasta ahora', agregó Bárcena, una funcionaria internacional de nacionalidad mexicana.
Para Verónica Neghme, directora del Instituto de Estudios del Pacífico de la Universidad Gabriela Mistral de Chile, las relaciones entre Latinoamérica y China deben avanzar 'hacia una agenda que lo incluya todo', desde el comercio hasta la concertación política.
'Recién hemos comenzado a pavimentar el camino de esa relación y, en la medida en que logremos, como región, ponernos de acuerdo, hay que trazar con esa potencia una asociación de largo plazo que convenga a las dos partes', aseveró la académica.
Pekín, China
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