martes, 13 de septiembre de 2011

Los cristales gigantes de Chihuahua

Los cristales gigantes de Chihuahua:


La cueva de Naica en Chihuahua contiene los cristales de yeso más grandes del mundo y ahora se sabe que los que han tardado más en formarse sumando un millón de años, a una velocidad increíblemente lenta, equivalente al grosor de un cabello cada 100 años y por tanto mucho más reducida que la de las estalactitas y estalagmitas, reveló un estudio que se publicó en la revista científica PNAS.
Encabezados por el cristalógrafo Juan Manuel García Ruiz, del CSIC, un equipo hispano-japonés diseñó un microscopio de alta sensibilidad con el que estudió muestras de los cristales de la cueva, detalló el diario español El País.
"El crecimiento de estas formaciones es tan lento que hasta ahora era casi imposible de medir. Lo hemos conseguido gracias a un microscopio especial que hemos diseñado en colaboración con un grupo de investigación de la Universidad de Sendai, de Japón. Este instrumento nos ha permitido estimar que algunos de los cristales de la cueva ha estado creciendo durante cerca de un millón de años", dijo al diario García Ruiz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.
Las selenitas, nombre científico de los cristales, llegan a medir 11 metros de largo, un metro de espesor y pesan hasta 55 toneladas. Las pruebas de laboratorio indican que los trozos de yeso cristalizado se formaron a temperaturas entre 54°C y 58°C.
Los cristales se formaron gracias al flujo del agua, que anegaba la cueva hasta que en 1975 fue drenada para explotar la mina y que, mientras circulaba, fue disolviendo la anhidrita del lugar, sulfato de calcio creado por magma caliente procedente de las profundidades de la Tierra que quedó allí atrapado, a la vez que se formaba yeso y aparecían los cristales.
De acuerdo con el CSIC los científicos investigaron la cueva durante cuatro años con la mínima agresividad posible para no deteriorar los bellos y frágiles cristales, en un ambiente de trabajo de campo de casi 50 ºC y hasta 96% de humedad relativa, a unos 290 metros de profundidad, por lo que sólo se puede estar dentro ocho o diez minutos y cada vez que uno sale pierde dos litros de agua.
"Si la mina no se hubiera drenado, los cristales seguirían creciendo ahora", apuntó el también profesor de investigación en la Universidad de Granada al diario español ABC.


Jose Luis Vazquez

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