viernes, 9 de septiembre de 2011

Esculturas peligrosas

Esculturas peligrosas:


* Un elogio a la humanidad y la naturaleza


Un toro en posición de ataque, un oso mirando hacia el infinito, un calamar colosal, un pez prehistórico atacando, un escorpión, una bestia prehistórica armada, árboles, arbustos, un satélite y un equinoccio, son algunas de las piezas escultóricas que el público podrá conocer a partir de este 9 de septiembre en la exposición Esculturas Peligrosas, en el Museo José Luis Cuevas.


La muestra está divididas en tres series: Bestiario, Bosque Urbano y Ciudades Utópicas. Tardó en realizarse seis meses y está integrada por 25 obras realizadas con diversos materiales como lámina de metal y hierro, acero inoxidable, latón, pintura automotriz, cobre y partes de automóviles.


A través de estas piezas el artista busca transmitir el amor y respeto que siente por los animales, las plantas y el ser humano, pero también un mensaje en contra de la destrucción de la naturaleza y la degradación de las relaciones humanas.


“La muestra –describe José Toledo- es un grito de protesta en contra de ciertas situaciones que quisiera cambiar. Es un mensaje en contra de la dilapidación del planeta y de los recursos naturales. En un marco más general, del camino que está tomando el arte hoy, ya que cada día se está alejando cada vez más de la belleza, de la verdad y de los valores morales”.


En la serie Bestiario, el artista busca promover entre los asistentes el respeto hacia los animales. Por este motivo, la obra más representativa es El Grito, en la que se observa un oso polar con la cabeza hacia arriba “que esta lazando un grito desesperado por la extinción de su habitat”, detalla el también pintor.


En Bosque Urbano, el artista presenta una protesta contra la degradación de la naturaleza y busca motivar el cuidado de las plantas y de las relaciones humanas. La pieza más emblemática de la serie es Arbustos haciéndose los interesantes, en donde se aprecia “la degradación de las relaciones humanas, que empiezan por la atracción, que se vuelve enamoramiento y que lleva a la convivencia diaria.


“Entonces viene ese choque en donde la atracción se vuelve aversión y luego agresión. La pieza cuestiona esa situación, sobre si ya les pasó, cuál es el antídoto para eso y sobre si en verdad el amor todo lo puede”, ilustra el artista.
En Ciudades Utópicas, Toledo Ordóñez presenta ciudades que representan al hombre. En esta serie, declara el escultor, la pieza principal es Eco II RMC 1804.


“En general son obras integradas por piezas de formas sólidas, piramidales, pero que en sus bases tienen picos que las permiten ver como si estuvieran flotando. Manifiestan la utopía del mundo que queremos vivir lejos de todas las cosas negativas.


“Reflejan algo sólido que algún día alcanzaremos pero que por el momento está flotando y se nos va. Por este motivo son ciudades utópicas que están vacías, cargadas de espera por ese mundo mejor”.


Finalmente, a través de estas piezas, el visitante también podrá conocer las tres grandes pasiones de la vida del también productor de cine: los automóviles, los animales y el arte, que están influidas por el cubismo y el constructivismo.


“Los automóviles porque mi primer oficio fue de mecánico automotriz, los animales porque estuve a cargo de un grupo que durante 16 años reconstruyó el zoológico de Guatemala y finalmente el arte mismo que cultive con mi labor de socio fundador en la Fundación Mario Monteforte Toledo donde promovemos el arte y la literatura.


“Los visitantes verán que todo lo que hay aquí son maquetas, algunas espontáneas y algunas científicas, que están aspirando a crecer, para salir de los museos y llevar el arte al público, a las calles”, concluye el escultor.


Olga Zavala A.

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