viernes, 9 de septiembre de 2011

Epidemia de infartos y derrames cerebrales

Epidemia de infartos y derrames cerebrales:


Las enfermedades cardiovasculares, como los infartos y derrames cerebrales, se han convertido ya en una epidemia que amenaza condenar a la discapacidad a millones de personas en el mundo, en especial en los países de América Latina, como México.
Así se reveló durante la presentación del informe internacional ¿Cómo podemos evitar una crisis de enfermedades cerebrovasculares en América Latina?, donde se urge a las autoridades de salud de todas las naciones a tomar acciones coordinadas para evitar una “crisis de salud pública como resultado de la ola de enfermedades cerebrovasculares evitables que dejan a muchas personas –que padecen de fibrilación auricular (FA)– mental y físicamente discapacitadas o muertas cada año”.
El documento destaca que además de un riesgo más elevado de presentar enfermedades cerebrovasculares, los pacientes que padecen de FA sufren enfermedades cerebrovasculares más severas y tienen un pronóstico peor después del acontecimiento que los pacientes sin FA. Para muchos pacientes sobrevivir a una enfermedad cerebrovascular puede ser peor que morir de ella, pues a menudo conduce a daños y discapacidades extensas y duraderas para los pacientes. Las funciones básicas que muchos de nosotros damos por sentado, por ejemplo, caminar y hablar, pueden verse seriamente afectadas y el inicio repentino de una enfermedad cerebrovascular significa que la persona afectada y sus familiares no están preparados para enfrentar la carga física, psicológica y económica que puede imponer.
En conferencia de prensa, el doctor Carlos Cantú, profesor del Programa de Enfermedades cerebrovasculares de la UNAM e integrante fundador de la Asociación Mexicana de Enfermedades Cerebrovasculares, expuso: “Las enfermedades cerebrovasculares son una amenaza de epidemia para la salud pública en América Latina (…) En comparación con la población general, las personas que padecen de fibrilación auricular tienen un riesgo de enfermedades cerebrovasculares significativamente mayor, las cuales tienden a ser más severas, ocasionar mayor discapacidad y tener desenlaces peores. En consecuencia, es probable que estos padecimientos cerebrovasculares ocasionen costos mayores para los sistemas de atención médica, los sobrevivientes y sus familias.”
Explicó que la FA es el ritmo cardiaco anormal sostenido más común. Hace que las dos cámaras superiores del corazón (los auriculares) tiemblen en vez de latir eficazmente, resultando en bombeo incompleto de la sangre, lo cual a su vez ocasiona acumulación que puede conducir a coagulación en el auricular. Si un coágulo sanguíneo sale del auricular, puede alojarse en una arteria del cerebro, obturando el suministro de sangre y ocasionando una enfermedad cerebrovascularisquémica del paciente. La FA es responsable del 20 por ciento de todas las enfermedades cerebrovasculares iquémicas.
El especialista expuso que si bien el tratamiento actual de las enfermedades cerebrovasculares –antagonistas de la vitamina K, acenocoumarol y fenprocoumon– puede resultar eficaz, también está asociado con una diversidad de desventajas y actualmente es subusado, en especial en los pacientes mayores que están con mayor riesgo de enfermedades cerebrovasculares.

Yamel Viloria Tavera

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