ATF videogrababa compra ilegal de armas en operación "Rápido y Furioso"

ATF videogrababa compra ilegal de armas en operación "Rápido y Furioso":

Agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) instalaron cámaras escondidas e intervinieron la línea telefónica del establecimiento de armas de un vendedor de Arizona tras haberle dado una única orden: "Vender armas a cualquier comprador ilegal que atravesara la puerta de su local".
De acuerdo con el diario Los Angeles Times, Andre Howard, propietario del local, vendió deliberadamente las armas durante 15 años como le fue dicho pensando que la ATF seguiría tras la pista de cada arma que el vendiera hasta dar con los delincuentes miembros de los cárteles mexicanos de droga en la frontera sur de los Estados Unidos con México.
Haciendo montones de dinero, Howard comenzó a preocuparse al no escuchar noticia alguna de arrestos o decomisos. Así, cuestionó a los agentes quienes le pidieron que siguiera vendiendo.
Sintiéndose terriblemente y hasta "enfermo", Howard escuchó una terrible noticia. El 14 de diciembre del 2010, narra el diario, durante un tiroteo entre la Patrulla Fronteriza y delincuentes que se encontraban cazando inmigrantes ilegales, un agente fue herido en la aorta.
A causa de su peso y estatura, el agente paralizado de la cintura para abajo no pudo ser transportado por tierra y no logró sobrevivir a la espera de un helicóptero que lo trasladaría al centro médico más cercano.
Los delincuentes huyeron dejando un par de rifles AK-47 semiautomáticos. Los dos habían sido comprados en la tienda de Howard, conocida como el "Lobo Solitario".
Por su parte, Howard señaló que recuerda el día en el que el hombre "gordo, calvo y bastante seguro de sí mismo", que respondía al nombre de Jaime Ávila, entró por la puerta de su tienda el 16 de enero del año 2010 y compró los dos rifles AK-47.
"Bajo el protocolo del programa de Rápido y Furioso, los agentes debían haber vigilado al comprador que entró por la puerta ese día, utilizado informantes y seguido las armas hasta su destino final en manos de los cárteles de drogas," narra el diario. "Pero ningún agente estaba observando las grabaciones de esas cámaras ni esperando a las afueras del establecimiento para seguir los pasos de Ávila. Howard envío una copia de la venta de ese día a la ATF pensando que ellos lograrían dar con los rifles. Nunca lo hicieron."