Una vieja frase de la política nacional reza: el que se mueve no sale en la foto, sin embargo durante la turbulencia no siempre esto es bueno, mucho menos si se trata de una máxima política, donde la constante son las guerras intestinas y canibalescas por obtener el hueso.
En la vida interna del Partido Acción Nacional, en busca de la candidatura rumbo al proceso electoral del próximo año, las cosas no generan tanto ruido y se borda en silencio, tomando como referencia a los otros partidos que buscan a toda costa aparecer en medios de comunicación y hacer prácticamente lo que sea, incluyendo entrar al show que los suba al candelero.
En ese sentido, la última encuesta pone adelante en esta carrera a la legisladora Josefina Vázquez Mota con el 38% de la aceptación de la militancia y un amarre de 108 de 124 consejeros que incondicionalmente le darían el espaldarazo para su postulación. Su más cercano perseguidor es el deslucido Santiago Creel Miranda con el 18%, seguido por Ernesto Cordero, con el 6% a quien se le ha nombrado, “El caballo del Presidente Calderón.”
El que ha derrochado dinero a diestra y siniestra es el aún secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, quien ha invertido recursos en su proyección en medios (la verdad sea dicha, con nulos resultados), más sus atropelladas declaraciones que lo han colocado como preferente, con un pobre 4%, lo que significa que si la elección del candidato de Acción Nacional fuera hoy, la abanderada sería Josefina Vázquez Mota. Con esto se demuestra que el mejor no siempre es el que más ruido hace.
Nueva sede del Senado, ¿edificio inteligente?
Hoy, miércoles 13 de abril, queda escrito en la historia del país, pues los honorables senadores de la República estrenan nueva sede, un edificio inteligente para su trascendente trabajo parlamentario, del cual se tiene una percepción de parálisis legislativa y sobre todo de letargo, que en cada sesión se empeñan en demostrar, siempre anteponiendo los intereses públicos y los sectarios en las reformas que necesita el país. Solamente hay que mirar las más de mil iniciativas que están flotando en el limbo camaral a casi cinco años de haber iniciado la legislatura. Ojalá que sólo con un inteligente edificio pudieran resolverse las trabas de tantos años.
El costo de esta magna obra sigue siendo incierto y los números no cuadran, según el monto previsto para la construcción pasó de mil 699 a 2 mil 566 millones de pesos, 35.7% más según información del Senado. Esto resulta insultante para el 60% de los mexicanos que se encuentran en algún nivel de pobreza, aunque las optimistas cifras del INEGI digan que en la última década disminuyó este mal, en los 125 municipios menos agraciados del país. Con esto se manda el mensaje de que no estamos donde queremos, pero sí tenemos lo que queremos (los senadores, por supuesto), un recinto con exagerados lujos faraónicos nos hace pensar si era necesario cuando hay más de 70 millones de pobres. Para todos aquellos que dicen que con esa cantidad de recursos no se resuelve el problema de la pobreza, no cabe duda que, al menos, sería de gran ayuda.
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