A continuación sugerencias para aquellos que por falta de espacio en sus actividades nos quedamos disfrutando la tranquilidad de nuestro hogar: el Distrito Federal; sin embargo para las próximas de noviembre o definitivamente las decembrinas, les informamos que existen sitios y centros vacacionales cercanos a la capital, como en los estados de Hidalgo y Morelos por citar algunos.
Para lo anterior únicamente necesitamos dirigirnos en automóvil, motocicleta o transporte público hacia Pachuca, Hidalgo, y después de una hora quince minutos pasando Pachuca, llegamos al pintoresco poblado Mineral del Chico (Segundo Parque Nacional declarado en América), con una impresionante belleza natural enclavado en la Sierra del Estado de Hidalgo a una altura de 2,351 metros sobre el nivel del mar, conservando un clima templado húmedo.
Continuando encontraremos otro hermoso sitio: El Río del Milagro, cuyo nacimiento inicia en lo alto de la montaña cruzando exactamente en medio de la citada población Mineral del Chico; sitio para admirar lo que la naturaleza ha creado para nosotros y subrayando un acontecimiento espectacular: este río traslada agua cristalina, llueva o no, durante los doce meses del año, motivo por lo que se le conoce con ese nombre. Ahí mismo se rentan cabañas, y se gozan sus delicias gastronómicas.
De igual forma abordamos el vehículo o transporte de nuestra preferencia y enfilamos rumbo a Cuernavaca, Morelos; arribando a la capital morelense lo obligado es visitar el imponente Palacio de Cortés (desde aquellas épocas de la conquista hispana existía la ostentación), el Museo Regional Cuaunáhuac, el Museo de Fotografía Antigua El Castillo y el Jardín Borda, por citar algunos sitios de interés.
Y para los que deseamos zambullirnos en las heladas o templadas aguas de Cuautla, continuamos nuestro camino visitando Tequesquitengo, Agua Hedionda, Palo Bolero, Las Estacas (en este balneario se permite acampar, pero por las dudas solicitar informes ahí mismo). Un zona increíble por su historia, es Xochicalco “En en lugar de la Casa de la Flores”, considerado como un importante centro urbano de Mesoamérica, durante los años 700-900 D.C. justamente entre la caída de Teotihuacán y el surgimiento de Tula.
Tengamos presente que viajamos para divertirnos y disfrutar lo que la naturaleza nos obsequia, no es necesario convertirse en automovilista agresor o peatón ofensivo, gocemos solos o acompañados por nuestras familias o amigos y retornemos al D. F. Con el acumulador de nuestra energía espiritual cargado positivamente.
martes, 19 de abril de 2011
¡Viajamos! ¿O no?
¡Viajamos! ¿O no?: "
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario