El expresidente peruano brindó apoyo a los golpistas de 1992 contra CAP
Si hay quienes tienen que 'bendecir' realmente la era de Alberto Fujimori en Perú -en el mayor de los sentidos-, son los protagonistas que gestaron en los años noventa lo que es hoy la revolución bolivariana en Venezuela.
A un mes de la segunda vuelta presidencial en Perú, donde Keiko Fujimori, la hija del hoy exmandatario, se disputará el poder contra el líder nacionalista Ollanta Humala, el pasado de ambos candidatos irremediablemente está conectado a la vida política venezolana.
Si Humala ha causado 'temor' por su simpatía con el modelo del presidente Hugo Chávez, la élite del fujimorismo de antaño tiene mayores explicaciones que dar por su pasado con la causa bolivariana.
Durante el fujimorismo (1990-2000), el entonces presidente peruano brindó un 'irrestricto' respaldo a los militares que se alzaron en armas por segunda ocasión contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez el 27 de noviembre de 1992; una relación que fue forjada desde la legalidad más impecable en Perú.
Fujimori, de la mano de su asesor de seguridad Vladimiro Montesinos, respaldó y concedió los controvertidos asilos a los más de 90 militares venezolanos que huyeron hacia la ciudad peruana de Iquitos tras el fracaso del segundo golpe de Estado contra Pérez; la primera asonada del 4 de febrero dirigida por el entonces teniendo coronel Chávez, 'no lograra sus objetivos'.
'Cuando Fujimori cerró el Congreso y el Poder Judicial, a través del autogolpe de abril de 1992, CAP protestó enérgicamente y lideró la postura contra el reconocimiento al presidente. Como consecuencia, el mandatario peruano se la tenía jurada a Pérez', recuerda el historiador peruano Antonio Zapata, en una columna del diario El Comercio de Lima.
Y es que Fujimori, más allá de sus rivalidades con Pérez, decidió hacer de las Fuerzas Armadas de su país un verdadero partido político en un triunvirato que compartiría con Montesinos y el general Nicolás de Bari Hermoza, presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas peruanas; ambos fueron quienes coordinaron y apoyaron a los golpistas venezolanos durante su permanencia en Perú; un favor que la historia cobraría más adelante.
La asonada militar de noviembre del 92 fue liderada por el General de Brigada (Aviación) Francisco Visconti Osorio, y le respaldaron los entonces militares Jesse Chacón, Wilmar Castro Soteldo y Luis Reyes Reyes; a pesar de que estos nos huyeron, su llegada al poder tras el triunfo presidencial de Chávez en 1998, significó un aliento para el fujimorismo.
Convertido en un dictador 'Venezuela sostuvo a Fujimori en el marco de los países andinos, después de la ilegal segunda vuelta de 2000, contra los propósitos de la oposición democrática peruana', recordaba Zapata, quien no olvida como el expresidente llegó a decir en una entrevista que 'Hugo Chávez es mi amigo personal'.
El paroxismo de esta relación llegó cuando Montesinos huyó de Perú en el año 2001 por los sonados escándalos de soborno y corrupción dentro del gobierno, y terminó refugiándose de forma ilegal en Venezuela, aunque la oposición nacional y peruana denunció que lo hizo con el conocimiento y apoyo de autoridades civiles y militares del gobierno de Chávez.
Ahora, cuando desde el Palacio de Miraflores se cuestiona a Perú por el asilo y protección concedido por ese gobierno a varios políticos y militares opositores al chavismo estos años, la causa bolivariana parece haber olvidado su propio pasado.
jueves, 28 de abril de 2011
La revolución bolivariana en deuda con el fujimorismo
La revolución bolivariana en deuda con el fujimorismo: "
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