* Casa donde Hidalgo fraguó el movimiento de Independencia
La morada donde el cura Miguel Hidalgo y Costilla organizó tertulias y se dio lectura a las obras que darían sustento filosófico al movimiento de Independencia, fue reabierta al público, se trata del Museo Casa de Hidalgo “La Francia Chiquita”, en Guanajuato, el cual forma parte del conjunto de inmuebles históricos de la Ruta de la Independencia que el INAH reestructuró con motivo del Bicentenario del inicio de la gesta insurgente de 1810.
Luego de varios meses de intensos trabajos museográficos y arquitectónicos efectuados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia se logró recuperar la arquitectura que se encontraba dañada por la humedad causada por los altos niveles freáticos de la región, se ha devuelto a este inmueble el carácter cultural y recreativo que le confirió Miguel Hidalgo; acorde con esta vocación al fondo del huerto se construyó un pódium para la realización de diversas actividades.
El inmueble es un ejemplo relevante de la arquitectura civil del siglo XVIII, consta de seis habitaciones, mismas que hoy sirven de salas de exhibición permanente, cuyo recorrido museográfico inicia con la historia de San Felipe, un poblado que “el destino quiso que se volviera un lugar insurgente”.
Esta primera sala ofrece un panorama del contexto social, económico y cultural de la comarca, haciendo énfasis en el momento coyuntural de las reformas borbónicas, en las crisis agrícolas y las medidas fiscales implantadas por la Corona española.
Así mismo, se inserta la figura de Miguel Hidalgo como persona pública y como un empresario generador de empleos que beneficiaron a los indígenas, mestizos y demás castas. Entre las piezas que se presentan resalta la puerta original de la casa, de madera tallada y hierro, que data del siglo XVIII.
También se muestran facsimilares del acta de fundación de San Felipe, fechada en 1775, y de un plano del pueblo del siglo XVII, cuyos originales se conservan en el Archivo General de la Nación. Además, el Retrato del Bachiller Miguel Hidalgo y Costilla, plasmado al óleo en 1955 por María Teresa Villar Posada.
La segunda sala, Miguel Hidalgo: semblanzas de vida, narra la historia del cura desde su nacimiento hasta su muerte, mediante una gran infografía que abarca todas las paredes de la habitación; también destaca el árbol genealógico de la familia del Padre de la Patria, que va desde sus tatarabuelos hasta su descendencia directa.
Esta mirada rápida por la biografía del prócer descubre su personalidad como cura y empresario, y su estrecho vínculo con la vida cultural del Bajío en el siglo XVIII; resalta además su formación académica y eclesiástica, como su estancia en el Colegio de San Nicolás, su labor como párroco de indios y españoles, hasta llegar a su participación en la insurgencia y su consecuente muerte.
En la sala tres, Sociedad novohispana: habitantes de San Felipe y sus alrededores, a través de una serie de réplicas de retratos de castas y la ambientación de un oratorio personal con maniquíes, se describe a la sociedad novohispana de San Felipe y se muestran las formas de vida del siglo XVIII a partir de la administración civil y religiosa.
De cura a empresario, es el título de la cuarta sala que aborda los oficios como parte de una política ilustrada que se instauró a favor de las clases humildes de la Diócesis de Michoacán y Valladolid. Enfatiza cómo el carácter de Miguel Hidalgo, hombre emprendedor y con afición por los negocios, lo hizo participar en labores de cultivo de olivos, vides, moreras, apicultura y en la creación de talleres de producción de distintos artículos: alfarería, sedería, jarcería, talabartería y curtiduría, entre otros.
También se resalta que el Padre de la Patria, además de instruir a la población de San Felipe en diversos oficios, procuró su alfabetización e indujo al uso de la fuerza propia de trabajo para no depender de un patrón.
La quinta sala del recorrido, Hacia la Insurgencia, expone la etapa en que Miguel Hidalgo llega al poblado de Dolores, a los 50 años de edad, donde instaló talleres de alfarería, curtiduría, talabartería, carpintería, herrería y textiles; sembró moreras para la crianza del gusano de seda y plantó viñedos. En este módulo se narra que durante las noches el cura se reunía con los obreros de sus fábricas para leer y discutir los textos relacionados con las industrias.
Justo en esta etapa hizo el llamado al pueblo para luchar por la Independencia, la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Aquí se presenta una línea del tiempo ilustrada que hace alusión a la insurgencia; la sala termina con la muerte de Miguel Hidalgo y la continuación de la lucha, organizada en regimientos en diferentes puntos del territorio sublevado, como el Batallón de la Muerte, comandado por José María Cos.
La sexta sala es ‘la cereza del pastel’ y está dedicada a “La Francia Chiquita”, presenta el universo galo en el Bajío y aclara que si bien durante mucho tiempo se pensó que el arsenal teórico de Hidalgo provino de la filosofía ilustrada de la Revolución Francesa, en la biblioteca del cura no se han encontrado rastros de los ideólogos de la Ilustración, como Voltaire, Rosseau ni Diderot.
En cambio, están las obras teatrales de Molière y Racine, las fábulas de La Fontaine, la historia eclesiástica del abad Fleury, los comentarios críticos de Jerónimo Feijoó y los textos teológicos de Carlos Billuart, Santiago Jacinto Serry, Hyacinthe Graveson y el obispo Bossuet, quienes inspiraron su pensar y actuar.
No es difícil imaginar que todo ese pensamiento francés estuviera presente en las largas conversaciones de las tertulias que Miguel Hidalgo organizaba en esta casa, donde fue intensa la vida cultural y se promovía el libre intercambio de ideas, señalan los cedularios de la sala. El espacio resalta además el ambiente cultural de la época, a través de los intereses y aficiones intelectuales de Miguel Hidalgo y Costilla, como las tertulias, bailes, conciertos y representaciones teatrales de obras francesas traducidas al español y dirigidas por él mismo. Al fondo de la habitación se colocó un escenario plano con la reproducción de una escenificación de Tartufo, comedia sobre la hipocresía de la sociedad francesa que Hidalgo llevó a escena con los habitantes de San Felipe.
El Padre de la Patria también tocaba el violín, mientras su primo José Santos Villa organizaba la orquesta que amenizaba las tertulias; a la “Francia Chiquita” se asistía al juego de barajas, a la discusión de asuntos de trascendencia mundial, a bailar, escuchar música, ver o participar en puestas teatrales. Un gran universo cabía en otro pequeño donde concurrían amigos, trabajadores, dignidades eclesiásticas y civiles, familias y vecinos.
Además de las seis salas, el público puede disfrutar de la arquitectura doméstica de finales del siglo XVIII propia de la casa, recorriendo sus pasillos y patio, al final de éste, hay un vestíbulo que conduce a una huerta que tiene una pérgola de madera donde fueron enredadas plantas de vid. Miguel Hidalgo utilizó esa área para diversos cultivos, entre ellos dos que la Corona española evitaba se difundieran en sus posesiones americanas: la vid y las moreras.
Olga Zavala A.
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