viernes, 7 de octubre de 2011

Poetas del Siglo XX

Poetas del Siglo XX:


Gabriel Celaya, poeta del antifranquismo
Rafael Múgica, nombre real del poeta español, nació en Hernani, Guipúzcoa en 1911. Presionado por su padre, se radicó en Madrid donde inició sus estudios de Ingeniería y trabajó por un tiempo en la empresa familiar. Conoció allí a los poetas del 27 y a otros intelectuales que lo inclinaron hacia el campo de la literatura, dedicándose desde entonces por entero a la poesía.
En 1947 fundó en San Sebastián, con su inseparable Amparo Gastón, la colección de poesía «Norte». Obtuvo en 1956 el Premio de la Crítica por su libro «De claro en claro», al que siguieron entre otros, «Plural» en 1935, «Cantos Íberos» en 1955, «Casi en prosa» en 1972, «Buenos días, buenas noches» en 1976 y «Penúltimos poemas» en 1982. En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas.
El poeta español Gabriel Celaya, autor de casi 100 títulos e identificado con la corriente de la poesía social, vivió en los últimos tiempos en un estado represivo que lo llevó a declarar que envejecer es peor que morirse y que estaba perdiendo la alegría de vivir, una de las características de su poesía.
Celaya, antiguo militante comunista, fue caracterizado combatiente antifranquista y no recibió premio oficial alguno hasta 1986, cuando le fue otorgado el Nacional de Letras.
La muerte le sobrevino tras las complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica en la vesícula a la que fue sometido a principios de marzo.
El hecho de que Celaya haya muerto en la pobreza creó un debate social sobre la falta de protección de varios escritores notables en su vejez. El Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela dijo: "Es vergonzoso que Celaya haya muerto en la indigencia. Era un poeta importantísimo que debería haber ganado lo suficiente para tener una mínima holgura económica".

POESIA Y NEGOCIOS

El verdadero nombre de Gabriel Celaya era Rafael Múgoca Celaya. Firmaba con el segundo apellido para poder compaginar su vocación poética con su pertenencia al consejo de administración de una empresa familiar. Con Blas de Otero y Celso Emilio Ferreiro, fue uno de los poetas más representativos de la poesía social. Durante su fructífera vida escribió más de 80 libros de poesía y 12 de textos teatrales.
Nacido en Hernani (Guipúzcoa), Celaya estudió la carrera de ingeniero industrial en la Universidad de Madrid. Sus años de estancia en la Residencia de estudiantes madrileña, por la pasaron García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel, entre otros, fueron decisivos en su formación intelectual.
Se casó a los 28 años de edad, en 1939, pero su matrimonio se rompió siete años más tarde, cuando conoció a Amparo Gastón, con la que se casó después de convivir durante 36 años.
Celaya publicó en 1935 su primer libro de versos, "Marea de silencio", y obtuvo un año más tarde el Premio Centenario Bécquer.
Después de encerró en un silencio que duró 10 años, hasta que en 1946 fundó con Amparo Gastón, en San Sebastián, la colección Norte, en una vieja buhardilla de la parte vieja de la ciudad "un puente hacia los poetas del 27, la España peregrina y la poesía europea", en palabras del propio Celaya.
Aquella editorial publicó textos de Camilo José Cela, Ricardo Molina, Leopoldo de Luis y Miguel Labordeta, así como también autores extranjeros, entre ellos Rimbaud, cuyas obras se editaron por primera vez en España.
También se publicaron libros de Rilke, Paul Eluard y Lanza dea Vasto. Celaya se dedicó a la traducción de textos de los autores extranjeros citados.

ABANDONO

En 1956 abandonó su trabajo como ingeniero en la fábrica familiar y se trasladó a Madrid, donde residió desde entonces. Fecundo escritor, su bibliografía es extensa, y no faltan en ella novelas y ensayos, aunque es fundamentalmente poética.
En 1977, Celaya se presentó como candidato del Partido Comunista de España a las elecciones , pero no salió electo. Mas tarde abandonó la militancia. Su obra sirvió de inspiración a cantautores españoles, como Paco Ibáñez, quien grabó a finales de la década de sesenta dos canciones sobre versos del poeta que tuvieron gran repercusión, "La poesía es un arma cargada de futuro" y "España en marcha".
Gabriel Celaya fue incinerado y, conforme a sus deseos, sus cenizas se esparcieron en una pradera de Hernani.

Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro

Cuando estalla la Guerra Civil, Celaya se alista como voluntario en el ejercito republicano y combate como capitán de gudaris de Bizkaia. Tras la caída de Bilbao, es hecho prisionario y, una vez liberado, vuelve a su ciudad y se casa con Julia Cañedo, con quien tendrá dos hijos. Finalizada la contienda, comienza a trabajar como gerente en la empresa familiar. Allí le advierten de que el hecho de que un ingeniero-gerente escribiera versos podía perjudicar al prestigio de la empresa. Recurre entonces a su segundo nombre y su segundo apellido, y nace así para la literatura Gabriel Celaya.
Insatisfecho con su vida laboral y familiar, el poeta cae en una profunda crisis anímica de la que saldrá cuando en 1946 conoce en una librería de San Sebastián a Amparo Gastón Amparitxu. "Nos entendimos enseguida, nos quisimos muy pronto y esto fue para mí la resurrección". Amparitxu le devuelve la ilusión por la vida y por la literatura y juntos fundan la Colección de Poesía Norte, donde publican obras de autores como Rimbaud o Rilke, que Celaya previamente traduce.
En 1956, el poeta rompe definitivamente con su familia y con su trabajo y se instala con Amparitxu en Madrid para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Corren malos tiempos para la lírica y el guipuzcoano opta por lanzar sus versos contra la dictadura con una poesía de denuncia y compromiso, en la que priman los valores éticos sobre los estéticos. Celaya va a ser junto al bilbaíno Blas de Otero el máximo impulsor de la llamada poesía social, que pretende utilizar la literatura como herramienta para transformar el mundo. "Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales / que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. / Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse" Y Celaya toma partido, también en sentido literal; se afilia de la mano de Jorge Semprún al Partido Comunista, donde coincide con otro de los grandes poetas del siglo XX, Rafael Alberti, compañero y amigo. "Amparo dulce y buen Gabriel, hermanos / por encima del mar y por encima / de lo que tanto y tanto nos lastima / cada día más míos, más cercanos", escribe desde Buenos Aires el gaditano en 1958.

Celaya en Acedo

Gabriel visita asiduamente Navarra para pasar algunas temporadas en casa de unos familiares de Amparitxu en Acedo. Sus estancias en este pueblo y sus paseos por tierras de La Berrueza le inspiran poemas como Noche en Acedo o A la manera de Amparitxu: "Entre Nazar y Asarta, / frondas con viento, / las hojitas se cuentan, / en voz baja un secreto". El poeta alterna sus tranquilas vacaciones en Tierra Estella con ajetreados viajes al exterior. En 1968, acude a Brasil para la inauguración de un monumento a García Lorca. En Cuba, isla que visita en más de una ocasión, participa en el Congreso de la Cultura.
También en Europa, Celaya es conocido y reconocido. En Italia le conceden en 1968 el premio internacional de poesía Etna-Taormina por el conjunto de su obra. En París, el verso del poeta guipuzcoano se hace canción en la voz rotunda del cantautor Paco Ibáñez, que incluye dos poemas de Celaya en su recordado concierto en el Olympia. "¡A la calle!, que ya es hora / de pasearnos a cuerpo / y mostrar que, pues vivimos, / anunciamos algo nuevo", canta Ibáñez en el célebre teatro parisino. En el interior, el compromiso de Celaya va más alla de su verso. Interviene activamente en diversos actos antifranquistas. Por participar en una asamblea de estudiantes en la facultad de Ciencias Políticas de Madrid es multado con cincuenta mil pesetas.
Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Ley del Divorcio, Gabriel Celaya se separa legalmente de su primera esposa, y puede al fin contraer matrimonio en octubre de 1982, con Amparitxu, su más que musa, compañera y colaboradora de tantos años; la gran mujer que siempre estuvo, no detrás, sino al lado del gran poeta. "Estoy vivo todavía gracias a tu amor, mi amor, / y aunque sea un disparate todo existe porque existes".
Aunque en 1986 el Ministerio de Cultura le concede el Premio Nacional de Literatura, la voz del poeta se debilita y sus ecos se apagan. Son años de salud delicada y estrecheces económicas. Finalmente muere en Madrid el 18 de abril de 1991. Casi veinte años más tarde, en noviembre de 2009, fallece Amparitxu. Amparitxu, porque estamos citados con la muerte, / te estoy esperando siempre. / Morir es más sencillo que vivir, / y más digno". En el centenario del nacimiento del poeta les recordamos, porque hoy, como ayer, la poesía es un arma cargada de futuro.

Despedida

Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.
Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!
Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.

De noche

Y la noche se eleva como música en ciernes,
y las estrellas brillan temblando de extinguirse,
y el frío, el claro frío,
el gran frío del mundo,
la poca realidad de cuanto veo y toco,
el poco amor que encuentro,
me mueven a buscarte,
mujer, en cierto bosque de latidos calientes.
Sólo tú, dulce mía,
dulce en los olores de savia espesa y fuerte,
sin palabras, muy cerca, palpitando conmigo,
sólo tú eres real en un mundo fingido;
y te toco, y te creo,
y eres cálida y suave matriz de realidades,
amante, amparo, madre,
o peso de la tierra que sólo en ti acaricio,
o presencia que aún dura cuando cierro los ojos,
fuera de mí, tan bella.

Francisco Medina

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