martes, 25 de octubre de 2011

La Orquesta Sinfónica de San Petersburgo se presenta exitosamente

La Orquesta Sinfónica de San Petersburgo se presenta exitosamente:



La obertura 'Cándido', de Leonard Bernstein, sirvió de carta de presentación a la espléndida y reconocida a nivel internacional, la Orquesta Sinfónica de San Petersburgo, Rusia, que ofreció un programa que incluyó piezas de Piotr Ilich Chaikovski y Dmitri Shostakóvich, en el Teatro Juárez, en Guanajuato.

El recinto cultural, que tuvo anoche nuevamente un lleno total, se engalanó con la presentación de la orquesta, dirigida por Vladimir Lande, acompañado por el pianista Maxim Mogilevsky, en un memorable concierto, dentro de las actividades de la edición 39 del Festival Internacional Cervantino, que se realiza aquí, del 12 al 30 de octubre.

El programa estuvo integrado por obertura de 'Cándido', de Bernstein; 'Concierto para piano y orquesta', Chaikovski, con el renombrado solista Maxim Mogilevsky, y 'Sinfonía No. 5', de Dmitri Shostakóvich.

La agrupación, referente mundial, por su excelso trabajo -a decir de los expertos-, demostró su realce y valía, y a pesar de las fallas técnicas, ahora en la iluminación en el momento en que la orquesta tocó dos encore, no fue impedimento alguno y siguió tocando profesionalmente, lo que le valió aún más las ovaciones del público.

La obertura a la comedia musical 'Cándido', de Bernstein, sirvió de carta de presentación a la eficacia de la orquesta entera, pues todas sus secciones intervinieron con gran lucimiento rítmico y tímbrico en esta pieza ideal para hacer entrar al público al ámbito sonoro de un concierto sinfónico.

Las sonoridades y ritmos dispusieron favorablemente la sensibilidad de los oyentes para enfrentar la obra que vino en seguida: el celebérrimo 'Primer Concierto para piano y orquesta', de Chaikovski, con Maxim Mogilevsky, como solista.

El pianista moscovita despertó una gran simpatía no sólo por su admirable solvencia técnica, sino también por su movilidad constante, encaminada a evitar hasta la más mínima tensión muscular.

Un dato curioso adorna la biografía de Maxim que pertenece a una familia políglota de músicos, en la que se acostumbra hablar español únicamente por placer.

El concierto culminó con la 'Quinta Sinfonía', de Shostakóvich, que tiene en común con la Novena Sinfonía de Beethoven una primera parte, a cargo de las cuerdas llenas de una lacerante tensión.

Es preciso anotar que la calidad de la cuerda rusa no ha decaído, a pesar de la diáspora de violinistas que siguió a la desaparición de la URSS.

El sonido de los instrumentos de arco petersburgueses refrendó el prestigio de la escuela rusa tradicional.

Quizá la fuerza de esta obra, que refleja la energía de un pueblo en resistencia, rebase las posibilidades de captación de oyentes no iniciados en la música culta, pero quienes asistieron al Teatro Juárez, se mostraron muy complacidos por el poderío de una de las grandes obras sinfónicas del siglo XX.

La Orquesta Sinfónica de San Petersburgo fue fundada en 1967 como la Orquesta de la Antigua y Moderna Música, nombre que conservó hasta 1985 y que muestra su vocación abierta a un extenso repertorio, tanto clásico, como contemporáneo, de diversas épocas, géneros y estilos.

Sus primeros directores fueron destacados maestros de la Escuela de Dirección de Leningrado, Nikolai Rabinóvich, Karl Eliasberg y Edward Grikurov.
En 1985 recibió el rango de Orquesta Estatal de Leningrado. Desde ese año y hasta 2004 el director fue el músico Ravil Martynov. Se ha presentado en países como China, Japón, Alemania, Austria, España, Finlandia, Noruega, Suecia, Francia y Bélgica.


Guanajuato, Gto.

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