La porquería en que se ha convertido el basquetbol en México asombra. No obstante la batalla legal por obtener los derechos federativos que tienen enfrascados a la Federación Mexicana de Basquetbol (FMB), manejada por Jorge Toussaint y la Asociación Deportiva Mexicana de Basquetbol (Ademeba), que está en manos de Modesto Robledo, se suman las pugnas deportivas que al día de hoy dejan muy mal parada a la organización y la conformación de la selección varonil que representará a México en los Juegos Panamericanos a celebrarse en Guadalajara.
Cuando todo parecía que el país sede se quedaría sin representación en el deporte ráfaga en la justa panamericana, debido al conflicto legal que pugnan las dos organizaciones que se dicen dueñas del baloncesto nacional, situación por la que FIBA Américas amagó con no dejar participar al equipo mexicano ya que no reconocía al organismo creado por Bernardo de la Garza, la Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol (Ademeba), esto se logró destrabar a través de Mario Vázquez Raña, quien ordenó a Carlos Padilla Becerra intervenir como mediador y solucionar el problema para que se armara una selección fastrack y México no se quedara fuera de la justa en esa disciplina.
Los problemas del basquetbol nacional vienen de mucho tiempo atrás y forman parte del antiguo régimen corporativista que penetraba todos los ámbitos del país, incluido, claro, el deporte. Las federaciones siguen siendo vistas como cotos de poder entregados a perpetuidad que sólo pueden ser readjudicados con la muerte del ‘dueño’, tal como sucede en el sindicalismo nacional.
A todos estos problemas políticos que engloban la compleja situación de este espectacular deporte, se suma la poca cooperación de las pocas figuras que tenemos. Gustavo Ayón y Eduardo Nájera, los máximos exponentes de México en esta disciplina están con pie y medio fuera de la selección. El caso específico de la ausencia de Ayón, es por una lesión en el tobillo que al parecer va para tres semanas, lo que lo descarta para integrarse a la selección. Sin embargo, en el caso de Nájera la situación se ha tornado muy turbia, en un inicio Eduardo no aceptó aduciendo que en cualquier momento la huelga en la NBA se solucionaría y no tendría permiso de su equipo para participar, después, cuando la huelga se prolongó y se destrabó esa situación, hizo referencia a que para poder jugar debería contar con un seguro, en caso de que se lesionara que oscilaba entre los 30 y 150 mil dólares. Pero cuando los patrocinadores solventaron el gasto Nájera volvió a las excusas, con lo cual demuestra que no tiene intención de participar en los Panamericanos. Qué le costaba decir no quiero y listo…
Pa’mis pulgas
La última puntada de Nájera fue que sí iba a la selección, pero para poder hacer un papel decoroso requería de ‘artillería pesada’ y sugirió que llamaran a ex jugador de los Soles de Phoenix, Horacio Llamas, para reforzar al equipo, hágame usted el favor, hace cuánto que no escuchamos nada de Llamas y ahora Nájera dice que con él podrían ser más competitivos. Obviamente el seleccionador Sergio Valdeolmillos le mandó un recadito a Nájera: “los Juegos Panamericanos no son para hacer despedidas ni homenajes ya que lo más importante es armar un equipo competitivo”… ¿así o más claro?
vflores.elperiodico@gmail.com
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