viernes, 21 de octubre de 2011

Posible una vida normal y feliz con diabetes I

Posible una vida normal y feliz con diabetes I:


Las estadísticas a nivel mundial revelan que la diabetes tipo I ha comenzado a tener manifestaciones más severas entre los 0 y 5 años, esto cuando la edad promedio de diagnóstico es a los 6; sin embargo esto no significa que los padres deban de caer en la angustia, por el contrario, lo ideal es emprender acciones inmediatas para establecer como familia una vida saludable y lograr que nuestros hijos tengan una vida feliz como niños.



Así lo comentó a El Punto Cítico Agustín Núñez González, presidente de la Fundación de Investigación en Diabetes, al hablar sobre su experiencia como padre de un niño diabético en el Congreso de Nutrición realizado por la Universidad del Valle de México, campus Coyoacán.



“Tener un hijo con diabetes obliga a tener un estilo de vida muy saludable con un buen balance entre la actividad físcia y la nutrición, demanda mucha disciplina al niño pero también a sus padres, pues se requiere de mucho talento y ánimo parta tomar decisiones sobre cómo llevar bien mis condiciones de vida, pero al mismo tiempo permitir que mi hijo tenga una vida de niño”, apuntó.



Explicó que la diabetes es un padecimiento inmunológico que ataca de forma permanente las células beta responsables de la generación de insulina en el páncreas, por lo tanto se manifiesta con elevados niveles de glucosa en sangre. Para evitar daños graves al organismo es necesario suministrar insulina exógena para poder suministrar energía, pues a la fecha aun no se encuentra una vía de cura, dado que se desconoce el origen de la diabetes I



“No es adquirida genéticam,ente, no hay pruebas que demuestren relación entre herencia y la presencia de la diabetes tipo I, como tampoco está relacionada con el estilo de vida, es decir, hay niños muy saludables. ¿Qué lo detona? No hay conocimiento firme al respecto; hay hay diversas hioótesis, la que está más en voga hoy en día es la un virus, pero no hay nada sólido todavía”, enfatizó Núñez González.



Cómo contar con los carbohidratos



Aun cuando padecer diabetes tipo I exige una gran disciplina y control, esta no representa que los niños deban de restringirse de manera en extremo severa, sostuvo el especialista:“Después de años de trayectoria de investigación en la fundación, lo que vemos son mejores tratamientos, nos hemos dado cuenta que es posible mejorar vidas. Hace 40 años prácticamente se prohibía el consumo de carbohidratos, ahora usamos el término: cuenta tus carbohidratos y aplica la insulina adecuada para neutralizar la energía que vas a consumir. Esto significa para un niño que sí puede ir a la fiesta y comer un pedacito de pastel, y no quedarse arrinconado, lejos de los demás niños”.



El que se forje esta conciencia en los menores sobre su enfermedad y educarlos para que tengan apego al tratamiento, sostuvo, “les representa una gran ventaja, pues crecen con esta disciplinase hacen responsables de su cuerpo y toman un temperamento que incluso los hace líderes”.



Por ello es necesario enseñarles desde pequeños a contar los carbohidratos contenidos en los alimentos, por ejemplo, deben saber que pueden ingerir en promedio 30 gramos de carbohidratos por alimento.



Una buena forma de llevar la cuenta es tomarlo por múltiplos, lo ideal es considerar las medidas a partir de 15 gramos de carbohidrartos porque esto es lo que contiene una tortilla, o una rebanada de pan, una taza de arroz, dos puñoz y pilón de cereales.



Sin embargo, aclaró, el total de carbohidratos al día que se puedan comer depende de talla y peso y es necesario buscar el apoyo de la nutrióloga.



Núñez González apuntó que los padres deben de tomar en cuenta los síntomas que pueden presentar sus hijos:



· Orina frecuente: un niño con diabetes necesita orinar con más frecuencia y en volúmenes mayores. Un signo que puede resultar sospechoso es que comience a mojar la cama cuando ya no lo hacía.

· Sed constante: debido a que pierde mucho líquido al orinar, el niño se siente inusualmente sediento.

· Hambre excesiva

· Pérdida de peso inexplicable: a pesar de estar siempre hambriento, el niño no gana peso y a menudo lo pierde.

· Fatiga y debilidad: el niño se siente cansado pues su cuerpo no puede convertir la glucosa en energía

· Irritabilidad: causada por el hambre y la ansiedad que le produce.

· Visión borrosa

· También se puede sospechar de diabetes si aparece una infección fúngica vaginal (candiasis) en una niña prepuberal.

· Náuseas, mal aliento, dolor de estómago frecuente y problemas de respiración pueden ser signos de cetoacidosis diabética.



Eliminación del estigma



Contar con mayor conciencia sobre la enfermedad y lograr acceder a mejores tratamientos, ha permitido revertir el estigma que prevalecía sobre los niños con diabetes, aseveró el presidente de FID: “En ocasiones cuendo recién tuviomos el diagnóstico, hay gente que se acerca y te dan el pésamo, hoy en día decimos bendito sea Dios porque no es necesario, es un reto fuerte, pero se puede vivir y tener calidad de vida con diabetes tipo I”.



La mejor comprensión de la enfermedad ha permitido incluso teneer mayor participación: “ Si lanzamos nuestra convocatoria para que una empresa apoye, no hay tanta respuesta, pero si solicitamos candidatos para que nos compartan cómo miden su glucosa, o cómo prepara su lunch en las mañanas, encontramos una respuesta muy prometedora, la gente quiere participar”





Es en este contexto que llamó a participar en la Caminata por la Cura de la Diabtees, a verificarse el 13 de noviembre, la cual tiene como objetivo la recaudación de recursos, pero también afianzar en los niños la actitud para cuidarse mejor, pues cuando sienten el apoyo, se encuentran mucho más motivados. Si desea mayor información puede acudir a la página www.find.org.mx

Yamel Viloria Tavera

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